lunes, 20 de junio de 2011

QUÉ VERÁS AL OTRO LADO

Tanto como quieras tanto como aceptes,
tanto como puedas soportar de tu propia verdad.

Porque a nadie se le permite ver más allá de sus fuerzas, como tampoco una flor se fuerza a florecer antes de la primavera.

Vean cómo se comporta la primavera con las aves pasajeras.
Observen, cómo en la parábola de las aves.
Entender no es aceptar.
Entender con la cabeza no roza ni por un segundo,
la profundidad de las propias verdades particulares.
Que es la única verdad que existe.

Se preguntarán tantas cosas,
pero el camino está sembrado de pequeñas pistas
para que cuando las descubran el juego haya terminado.

Las pistas sobre el vivir, sobre cómo andar,
cómo moverse en la turbulencia emocional,
las molestas cargas aceptadas
y que han asumido para aprender la lección de vuestras vidas.

Entonces se pasan la vida preguntando
y no encuentran ni un ápice de respuestas,
pues creen que alguien se las dará.

No estamos acá junto a ustedes para daros las respuestas.
La primavera asoma y si ven afuera nada de lo que nos rodea se confunde en particulares cuestionamientos.

Todo avanza hacia arriba, todo evoluciona en silencio, al interior del núcleo siempre ascendente de la vida. Y hay tanta vida afuera.
Vosotros en cambio
agotados regresan a casa sin nada en sus alforjas.

La vida es más sencilla. La complejidad radica en ustedes, nada más.
Tantas preguntas hacen parecer esto más tortuoso de lo que es. Podríamos señalaros tanto de esta última palabra, vuestra “realidad”.
Vuestra realidad, afuera y adentro, al lado, más afuera, y gastan vuestro valioso tiempo.

No busquen más y descansen vuestras agotadas mentes.
La verdad será revelada en la paz del silencio.
Afuera en el fluir de la vida, adentro en la percepción de la conciencia. La espiral evolutiva en la que se encuentran.

Nosotros queremos ayudaros tanto como ustedes desean, sin embargo, el espacio y el tiempo, que es el mismo, carece de la energía capaz de concentrar tanto vuestras interrogantes como las respuestas que pudiéramos daros.

La energía que os rodea como sabéis, puede ser modificada solo con la fuerza de vuestro pensamiento, la intención de amor transformada en lo que vosotros queráis. Sin embargo, existen ciertas restricciones sujetas al contrato establecido para cada encarnación.

Lo relativo a ciertos temas pendientes y en los cuales ustedes perciben carencia: Deben saber que de nada carecen salvo de la comprensión que les permitiría estar más tranquilos y transitar pronto esta carretera de deseos profundos, relativos al cuerpo, a la mente en constante pulsión.

Algunas facultades pueden volver a forjarse de manera positiva para que ustedes puedan volver a hacer uso de ellas. La palabra siempre, mientras dure todo esto y también en los otros planos, es “constancia” y “amor”. Perseverar en las prácticas que los acerquen sensitivamente a Dios. El Dios que conocemos. El sentido al cual ustedes claman por respuestas.

Sepan también que todo queda registrado como un justo, valioso y genuino esfuerzo de parte de los peregrinos.

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