martes, 25 de agosto de 2009

VERBOS PARA GENTE OCUPADA: Esperar

Por Karina Olivares



Quien tenga frutales en su casa, sabrá comprender muy bien lo que digo. En casa tengo tres: un limonero, un naranjo y un parrón que me regala dulces racimos de uva tipo moscatel, la variedad más extendida en Chile. Tanto ambos cítricos, como el Parrón, tienen distintos tiempos de cosecha. Para nuestra fortuna en las estaciones contrapuestas del año.

Al observar mis árboles compruebo lo inmutable de las leyes de la naturaleza. Aquello es fascinante. De allí puedo extraer no solo las sabrosas cosechas del año, sino múltiples lecciones aplicables a la vida, leyes que probablemente la gente de campo conoce y por eso objetivamente tienen una mejor ‘calidad de vida’.

En medio del estresante inmediatismo de la ciudad, me detuve un día a mirar cómo todo en mi jardín iba marchando en perfecto orden. Esa breve porción de tierra donde resurge una y otra vez la vida, y que para algunos no es más que un decorado, me ha dado claves para ayudar a uno que otro amigo en problemas.

Esperar no es vano afán, ni acción pasiva carente de sentido. Quien sabe esperar comprende que bajo la cáscara aparente del silencio, se esconde un movimiento siempre ascendente, que hace cumplir leyes sagradas que nos hablan del orden natural de las cosas y los acontecimientos.

Ahora mi naranjo, por ejemplo, está en etapa intermedia entre el fruto maduro y la nada que luego será la flor. La caída o extracción obligada de las últimas naranjas, darán paso a las flores de primavera. Hoy es un árbol más entre tantos que lo rodean. Nada acusa lo que viene, ni tampoco creo, le interesa saber. Silencioso descansa en medio de la frondosa arboleda.

Como en este caso, la acción de dar implica necesariamente el repliegue. Quien da, genera frutos o se entrega en cualquier causa, necesariamente será instado por su propia naturaleza a guardar espacio para re-crearse.

No es posible crear sin experimentar el silencio que es a su vez, la causa del fruto y la cosecha. Ir en contra de esta ley es no comprender. Ignorancia en el sentido budista del término.

No darse el tiempo necesario y estar siempre receptivo a la acción es la causa de muchos de nuestros sufrimientos actuales, la vivencia de malestares y el estrés patológico que experimentamos al interior de las grandes ciudades.

Nos transformamos en obsesivos de la actividad, impacientes patológicos de lo que hay que hacer. Y eso nos aleja del centro que algunos llaman Alma. Nos hace perdernos en este juego que se llama vivir.

Los impacientes perdemos pronto la sonrisa. La creatividad. El entusiasmo (del latín In Teus: en Dios o estar en Dios) Y en ese afán que no termina, todo comienza a ser pre-decible: Trabajos predecibles. Destinos predecibles. Incluso, enfermedades predecibles.

Entonces retomo nuevamente la meditación sobre mis árboles. Me pregunto cuantos años llevan allí, albergando una y otra vez la vida. Reproduciendo el mismo fruto para lo cual fueron creados. Siendo parte de una armonía de la cual podríamos aprender un poco.

Como las uvas de mi patio trasero, por más que intente no tendré entre mis manos estos frutos de verano en pleno invierno, salvo pequeños atisbos de lo que será. En muchas ocasiones, tampoco tendremos las respuestas que queremos forzando las situaciones, excepto intuiciones que pueden orientarnos para encontrar un poco más de paz.

Ahora los jardines están silenciosos en la superficie, opacos, fríos. Pero todo bulle con una lucidez y rapidez insospechada por dentro, en las raíces, fluyendo por la savia hacia el exterior. Como esto, el cambio es silencioso, pero no por eso menos activo.

Alguna vez fue presuroso, forzado y las frutas cayeron antes de tiempo. También el fracaso enseña y en la naturaleza tenemos múltiples ejemplos de ello. El fracaso también es una norma que indica cómo vamos avanzando o cuánto falta para llegar a la meta.

La espera es el silencio que debemos atravesar para llegar a tocar la primavera.

5 comentarios:

  1. Me pareció excelente la relación que presentas en este artículo....soy una mujer que vive apurada....creo que esto del tiempo de espera y del silencio, aplicado a los frutos, es algo que consideraré en mi vida.
    Gracias Kari y cariños a Luciana.

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  2. Me ha encantado, espero con ansias el próximo verbo.

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  3. Amiga,gracias x tu espacio. este año he decidido a no ser mas parte de este grupo de personas ocupadas. hoy he decidido a ser feliz, hacer lo que mas me gusta y estar con quien mas deseo estar.

    un abrazo.

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  4. haa, soy el rober,es que estoy aprendiendo a enviar comentarios jejeje...

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