jueves, 3 de septiembre de 2009

VERBOS PARA GENTE OCUPADA: Soltar

Por Karina Olivares


Acaparar, consumir y desechar son tres acciones alineadas que se autorregulan a sí mismas. Que forman parte de un mismo sistema perfectamente diseñado para que siempre estemos dentro de alguna de ellas. De las tres acciones, tal vez “acaparar” sea la que más esfuerzos nos lleva. A algunos tal vez toda una vida.

Porque el acto de consumir es breve. Lo que dura el placer que lo sustenta. Lo siguiente es el consabido reemplazo, cuyo ejemplo más sobresaliente es la híper tecnologización a la que estamos expuestos cada día: de alguna manera TODO podría quedar obsoleto mañana.

Sin embargo, el instinto acaparador del ser humano parece no quedar obsoleto nunca, se replica y renueva cada vez con más fuerza. Precisamente ahora estamos llenos de cosas, de distintas cosas. También llenos de amigos, de relaciones, de compromisos e invitaciones. Muchas de ellas nunca van a traspasar el límite de lo virtual, pero van a ser cosas que vamos a coleccionar para llenar el vacío.

¿De cuánto estamos hablando: 100, 200, 300 amigos en tu red virtual? Cuantificando el contador de “amigos” tengo al menos 120. De ellos solo 10 o 12 tienen expuesto su teléfono para que los llame si tengo algún problema. De todos los demás sabré a tiempo “qué están pensando” pero no llegaré a saber nunca que rayos están sintiendo.

Con el explosivo avance de las redes sociales, confirmo mi tesis de que nadie quiere involucrarse en una relación, ni retomar genuinamente amistades de infancia, salvo para alimentar este viejo placer que se llama curiosidad.

Presumo que casi siempre detrás de ello sigue estando el temor al vacío o la incapacidad de estar en el presente. Un presente siempre tinturado por la nebulosa del pasado y que muchos adornan con realismo mágico. Lo lindo que fue. Lo que tuve. La nostalgia.

Cuesta mucho soltar y verse realmente en esta vacuidad que nos haría más auténticos y creativos. Siempre hay que estar en algo. Formar parte de... Pertenecer. Que no te vean solo como Toribio el Náufrago.

Se le teme al vacío más que a nada en el mundo. Por eso la tendencia es a adornar y a multiplicar lo positivo de las cosas y las personas que nos rodean, a quererlas, a no dejar que partan de nuestro lado. A generar a veces vínculos en extremo virtuales y muy poco aportadores. Por hacer bulto, por querer parecer algo.

Esto nos lleva sin duda a algo más profundo: los apegos. Y el objeto de los apegos son las cosas y los seres. Los budistas hablan mucho de este concepto como una de las causas del sufrimiento, de hecho lo encasillan dentro de los cinco venenos mentales junto con la ira, la envidia, los celos y la ignorancia.

Ellos dicen que si bien es cierto existe lo hermoso y lo bonito, con el apego se tiende a adornar, a multiplicar las virtudes de eso o de aquella persona a la cual estamos apegados. De alguna manera sentimos que él o ella son perfectos, no logrando ver con claridad la verdadera naturaleza de las cosas y los seres. Y éste es un mal entender, por eso el apego está errado.

Y si algo o alguien esta errado nos hará sufrir, no funciona. Es como el PC, dice error y el computador dejó de funcionar. Más aún en nuestras relaciones personales.

El desafío ahora es soltar. Aprender a andar más livianos, generando relaciones un poco más genuinas en su fondo y no en la superficialidad. Los amigos epidérmicos solo agrandan el dolor de la soledad. Lo cierto es que como decían los abuelos: los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano. A ellos hay que cuidarlos y quererlos porque son escasos como los animales en vías de extinción.

Acá te dejo tres preguntas básicas para comenzar el eliminar lo que no queremos en la vida y es un peso:

1. ¿Me gusta?
2. ¿Lo necesito?
3. ¿Me aporta, en este momento presente, cosas positivas?

Puedes aplicar esta formula para trabajar el instinto de acaparar cosas: ropa, objetos, tecnologías. Y también en las relaciones humanas que son un lastre pesado y no te dejan avanzar.

Como versa aquella frase: MENOS ES MÁS. Te deseo un buen desprendimiento y un viajar más liviano.


1 comentario:

  1. Primero que todo FELICIDADES por este espacio para gente ocupada. Verbos que nos hacen pensar y sentir que no todo está sabido, de la importancia de llevar al conciente lo esencial de la vida. El apego es algo que no se puede fotografiar ni escanear, pero que sin embargo: Pesa. Por ejemplo, las empresas se desapegan de los trabajadores cuando quieren. ¿Porqué no podríamos hacer lo mismo con un trabajo que nos pesa y hace daño?. Lo mismo con las relaciones humanas, hay que desapegarse de aquello que no es aporte para nosotros y hacer nuestro lo mejor de la vida, familia, amigos, amor, hijos, naturaleza, ecología, etc. Felicitaciones Karina…!!

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