sábado, 28 de mayo de 2011

MISIONEROS DEL ESPÍRITU

En nuestro diario trabajo como terapeutas es común recibir a personas que buscan sanación física, mental y espiritual; en general se trata de personas que vivencian una profunda crisis en sus vidas personales y familiares. Estas crisis se manifiestan en enfermedades del cuerpo y del alma, entre las más comunes: depresión y estrés avanzado, todo lo cual nos ha llevado al convencimiento de que la más dura prueba que tenemos como humanidad, es ganarle a la desesperanza, al desamor y a la ausencia de sentido de la propia existencia.


El mundo espiritual nos provee de las herramientas para hacer nuestro trabajo y otorgarle un sentido más elevado, siendo fuente de mucha información específica que nos permite ayudar a muchos seres que buscan su mejoría. Desde este plano recibimos instrucciones, las que complementamos con la propia experiencia de vida y los conocimientos teóricos adquiridos a través del estudio a nivel intelectual.



Desde ahí somos testigos presenciales de muchas experiencias que solo pueden ser entendidas y explicadas con una actitud abierta y desprejuiciada, comprendiendo que como seres humanos vivimos insertos en múltiples dimensiones, aunque la mayor parte del tiempo pensemos que la experiencia física y sensitiva es la única real, dado que podemos verla, tocarla y experimentarla con otros.



La experiencia nos ha hecho ampliar nuestros horizontes de comprensión hacia algo más vasto, más inmenso. Una conciencia de totalidad donde somos a la vez uno, pero vinculados amorosamente a todo lo demás. Junto a los otros miembros de este equipo de Maestros de Reiki, somos canales de Amor, esto significa en palabras simples que estamos insertos en una misión que implica recepcionar, dirigir y anclar nuevas energías sutiles provenientes de planos superiores, que permitirán a su vez, realizar cambios profundos que faciliten la sanación de las viejas heridas que impiden a muchos seres experimentar la felicidad en el aquí y el ahora, con miras hacia un trabajo futurista, del cual probablemente también seamos testigos.



Se trata de aprender a vibrar en una sintonía distinta, donde no cabe el temor, el rencor ni el odio, sino el respeto por sí mismo, la solidaridad y la compasión hacia todos los seres vivientes, partiendo por la propia casa, que es la morada del Íntimo, nuestro Padre, Dios o como se desee llamar.



Comprendemos que el cambio solo es posible cuando por propia voluntad se ha decidido romper con los viejos esquemas que impiden amar y que mantienen aún al ser humano sumido en una profunda crisis personal, familiar, y por ende, social. Sin embargo, solo una profunda crisis permite en la mayoría de los casos, un despertar de la conciencia: la certeza de que somos parte de un todo que nos cuida y protege, y al cual debemos a su vez cuidar y proteger.



Quienes han dirigido sus esfuerzos hacia su sanación, han comprendido muy bien que se trata de una fuerte decisión que parte por una férrea intención de convertirse en mejores personas. La intención, la fuerza que mueve al Universo que es Amor, activa un dispositivo interno y externo muy poderoso, que parte por la elevación de las tasas de vibración, que modifican el sistema físico, mental, biológico e inmunitario, lo cual se verifica en la remisión de los síntomas negativos que la persona percibe en sí misma: estado interno negativo, malestares del cuerpo, angustia, inseguridad, etc.



Emerge entonces una conciencia distinta donde es posible percibir mayor tolerancia, paz interior y reconocimiento de sí como un ser integral, vinculado con la totalidad.



Como Misioneros del Espíritu, nos movemos continuamente en múltiples planos. A medida que hemos adquirido una mayor y más rica experiencia en el trabajo con otros, hemos aceptado racionalmente la posibilidad de contactar seres que habitan en planos superiores, Maestros o Guías dedicados a apoyar los trabajos de sanación.



A partir de esta experiencia, contamos con registros escritos de mensajes recibidos desde el año 2003, provenientes de seres de una naturaleza amorosa inmensa y que han superado la barrera del cuerpo físico, pudiendo desplazarse interdimensionalmente.



Estos mensajes han sido canalizados desde un emisor (entidad, ser de luz) a un receptor (Maestro de Reiki) que actúa como canal parlante para así hacer comprensible el mensaje. De un grupo de cinco maestros de Reiki, tres de ellos actuaron en diversas ocasiones como canales parlantes: Marco Guerra, Alejandro Hernández y Karina Olivares. Cada una de esas experiencias fue particularmente educativa, permitiéndonos desde ese entonces (año 2003) profundizar nuestro compromiso por el servicio desinteresado, con el solo objetivo de honrar a la Totalidad que es Dios, la fuente del Amor y la compasión.



Por otro lado y de manera muy patente, otras formas de manifestación de la conciencia espiritual se han hecho presentes. Se trata de seres humanos que se encuentran en zonas intermedias del pasaje entre la vida y la muerte, en proceso o ya desprendidos completamente del cuerpo físico y de la experiencia vital actual. Esta experiencia es particularmente conmovedora, toda vez que nos pone en el tránsito y la pregunta por nuestra propia muerte y el proceso que conduce a ella.



La existencia de esta realidad puede inquietar a muchos, sin embargo, la ignorancia inicial debe dar paso a la certeza de que la vida es un continuo, que la presencia del ESPÍRITU es infinita e imperecedera y que éste no se encuentra ligado a la finitud de un cuerpo físico determinado. Debemos comprender a que una vez adquirido un cuerpo, los plazos de envejecimiento y muerte se encuentran marcados y definidos ya desde el inicio.



Muchos encontrarán su camino espiritual con el advenimiento de una grave enfermedad o una crisis personal profunda, otros lo harán ad portas de su propia muerte, sin embargo, todos y cada uno habrá de encontrar su camino y su pasaje hacia mejores condiciones de vida. Lo que observamos es una profunda búsqueda que sin duda dará sus frutos en quienes se encuentren con el corazón y el Alma dispuesta a dar el gran salto cuántico hacia la plena salud, que significa la vivencia del Amor pleno.

1 comentario:

  1. Gracias Karina, por ser también Misionera en esta vida, tan llena de avatares personales y sociales. Una oportunidad para quienes decidimos transitarla poniendo "Manos a la Obra" con todo el conocimiento social y terapeutico adquirido, para ayudar a sanar personas, familias, historias, comunidades y sociedades. A seguir escribiendo, motivando, educando.

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