jueves, 25 de agosto de 2011

LOS CAMBIOS QUE HEMOS SOÑADO

El cambio global que atravesamos, ha sido en gran medida motivado por una transformación radical en la forma como percibimos la realidad y por la incorporación de nuevos patrones de conciencia en las personas y por ende en las sociedades.


Este cambio se percibe como oleadas cada vez más intensas, compuestas por pensamientos intencionados y dirigidos hacia la acción, que ascienden desde los niveles personales, pasando por lo local, hasta cubrir las capas más amplias de la sociedad.


Un ejemplo de ello es la percepción cada vez más extendida de que podemos y nos merecemos ser más felices, estar más tranquilos y tener más bienestar, pero poniendo énfasis en que para que esta felicidad se concrete, esta debe ser compartida de manera horizontal, debe ser para todos.


Para el logro de ese anhelado bienestar, es preciso cuestionar las estructuras que antes nos sirvieron: en lo personal, en lo familiar, a nivel local y social. Hay estructuras que ya no nos sirven para ser felices y que replican el sufrimiento a través del tiempo.


Se ha cuestionado entre muchas otras por ejemplo, la forma en que las sociedades se organizan a nivel económico, en la distribución que hacen de sus ingresos. Este nuevo patrón de conciencia que se encuentra activo en las personas, demanda que la economía sea “un medio” para lograr la felicidad y no un fin en sí mismo, no una tortura, no algo fuera del control humano. Entonces el colapso global de las economías estaría apuntando a darle una relectura a lo local, entender la economía desde las personas y sus necesidades, una construcción “a escala humana” como decía Manfred Maxneff.


De alguna manera estos nuevos actores del proceso de cambio han sido dotados de un grado mayor de conciencia. Entienden que ningún cambio será lo suficientemente bueno y duradero si no es para todos. ¿Por qué piensan así? Porque han comprendido que el “yo” trasciende a la persona y su estrecho margen de beneficios. Que “yo solo” no puedo ser feliz si no incorporo en eso “al otro”.


Han comprendido que todos estamos vinculados de una manera más profunda. Y eso es el primer paso para lograr comprender una de las grandes verdades espirituales: que no estamos solos, que todos estamos co-relacionados. Que ningún cambio o idea perdura si la hacemos pensando solo en nuestro bienestar.


Aquellos que hoy están haciendo que las cosas pasen, que están precipitando los cambios, están de alguna manera muy conectados con ese nivel profundo de conciencia. Probablemente tengan muy desarrollada la capacidad de reflexionar, de actuar de acuerdo a las necesidades del grupo que entienden no como un estrecho margen de necesidades y relaciones, sino como un gran colectivo mayor, un alma más grande.


La gente que está en la primera línea se caracteriza por poseer un gran carisma, tienen buena suerte porque están conectados (¡no solo con las redes sociales!). Es como si Dios estuviese con ellos. También son grandes formadores de equipos, que reclutan según la capacidad de compartir valores fundamentales entre sí y no solo por sus capacidades técnicas.


Sin duda alguna el proceso de cambio abarca todas las esferas, lo social, lo económico, pero también la esfera personal. A este nivel por ejemplo, podemos atravesar mejor estos procesos si somos capaces de reconocer que “somos algo más que este cuerpo y sus necesidades” que también estamos dotados de una conciencia mayor, que es profundamente espiritual e inteligente.


Esa presencia, llamado también “el observador” tiene todas las respuestas, es conocimiento y es omnipresente. Es el que escucha detrás cuando estoy escuchando, el que está procesando e interpretando esta lectura. Es aquella presencia que captamos cuando estamos en silencio.


Para acceder a ella, los sabios dicen que debemos ser capaces de reflexionar, darnos un tiempo para ingresar a ese nivel superior a través de esta especie de puerta que es el silencio. Preguntarnos, qué estamos observando de nuestra realidad, qué estamos experimentando a nivel físico y emocional a partir de esa realidad, dejando que el silencio incube la respuesta sobre aquella necesidad que emerge de esta realidad percibida interiormente.


Hoy más que nunca es necesario observar qué está sucediendo en todos los niveles, y esto también implica una mirada interna, ser conscientes de nosotros mismos y de nuestra capacidad de crear lo bueno que queremos.


¿Y cómo se hace eso? Hay una habilidad muy importante que tienen las personas a las cuales les pasan las cosas buenas, aquellos que generalmente están liderando los cambios: tienen muy desarrollada la capacidad de soñar.


Y los sueños de estos personajes no son solo personales (una casa, buen trabajo, una linda familia) esos sueños también son colectivos, tienen la capacidad de soñar colectivamente y hacer que los demás compartan ese sueño y lo hagan propio. Lo vemos hoy con el movimiento estudiantil chileno.


No es una habilidad menor aprender a soñar de manera correcta y pedir lo que necesitamos. Si observamos bien, gran parte de nuestra vida “alguien” está soñando por nosotros: Los políticos, la gente que crea los puestos de trabajo, las minorías adineradas. Estos “otros” nos han llevado al convencimiento de que no es bueno pedir demasiado, que debemos ser agradecidos con lo que tenemos. Pero esa estructura y modo de ver la realidad ya no hace feliz a las personas, ya no les brinda seguridad.


Las personas quieren todo, para todos por igual y ese es un gran sueño personal y colectivo que viene en este proceso de cambio.


¿Cómo se hacen realidad los sueños? Primero pensando que sueños y realidad pueden ser la misma cosa, dándose el tiempo para jugar y creer, siendo niños. En este sentido, los últimos descubrimientos de la física cuántica nos ayudaron a romper el mito de la realidad como algo que estaba fuera de nuestro alcance, es decir, separado del observador.


Hoy sabemos que el observador es el que crea y recrea la realidad que ve ante sus ojos, y la conciencia es el observador. Los científicos están llegando a la misma certeza que los sabios antiguos: dicen que es probable que nuestra realidad sea una conjunción entre nuestros propios deseos y los deseos de los demás, es decir, nuestro mundo sería ahora una imagen concreta, creada colectivamente por personas determinadas en un momento determinado de la historia. En el fondo incertidumbre organizada, pura potencialidad del ser, que es modificable por el observador.


Para terminar les dejo un buen ejercicio interno del maestro Deepak Chopra, que nos enseña a soñar a todo color, aprovechando la avalancha de energía que se encuentra a nuestra disposición. Buen viaje.




Meditación con el sueño personal.


Siéntense a solas por un momento, cierren sus ojos. Ahora pregúntense donde quieren estar en un año más, visualicen como ya cumplido. Ahora obsérvense ustedes mismos en ese ambiente. Véanse a ustedes mismos, qué pasa, qué ocurre en la vida profesional, en la familia, con esa meta ya cumplida.


Visualice, vea, no escatime en detalles, hágala en tecnicolor, véala en una gran pantalla, escuche las conversaciones, cual es la conversación que establece con usted mismo, qué se dice a usted con esta meta ya cumplida. Vea, escuche


Ahora pregúntese ¿Quién se beneficia con esta meta ya cumplida, qué beneficios sacan ustedes, la familia, los amigos? ¿Qué tan claros pueden ver ese sueño?


Presten atención a su corazón, vean que emociones surgen con el cumplimiento de ese sueño, que emociones surgen


Ahora que han visto, escuchado, ahora el desafío es ser no local, desaparecer de esa imagen, tomen contacto con su respiración, si vienen imágenes, solo respiren, por 5 minutos.


Si quieren que se realice un sueño, deben aprender a soñar conscientemente, un año, cinco años...que tiene que pasar para que ese sueño se cumpla. Luego darse un tiempo, un periodo de incubación, no hacer nada, dejar ese sueño, ser, existir en forma independiente a ese sueño.


Aprendan a ver a sentir, a “SER HUMANOS” no “mentes humanos”. Luego repetir un mantra “Así sea” o “que Dios así lo quiera”. No sueñen solos, sueñen en forma colectiva, de manera que exista congruencia entre los objetivos individuales y los del grupo.

1 comentario:

  1. ¡Hola Karina! Con respecto a tu blog, me gustó tu reflexión con respecto a “el observador”... "el que escucha detrás cuando estoy escuchando, el que está procesando e interpretando esta lectura. Es aquella presencia que captamos cuando estamos en silencio"...Gracias.
    Con respecto al movimiento estudiantil chileno, sólo me gustaría dejar un par de frases para reflexionar:
    1. Democracia es negociar, y negociar es ceder.
    2. Nada es gratis en esta vida, ya que todos nuestros actos involucran una entrega (costo físico, espiritual, económico, etc...) y producen una consecuencia (beneficio o daño).

    Personalmente, quiero a mi país. Chile es uno de los países más seguros y estables en Latinoamérica, y es respectado a nivel internacional. Somos un país en "vías de desarrollo" trabajando cada día por alcanzar el anhelado desarrollo y convertirnos en el primer país Latinoamericano en lograrlo (¡qué honor sería!).
    Por favor, no dañemos nuestras ciudades y las cosas que con tanto esfuerzo hemos construido como nación. Es un derecho expresar nuestras opiniones, pero también es nuestro deber ser un ciudadano Chileno responsable y respetuoso de los demás.
    Gracias.
    Cecilia.

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